Amarelli: El Mejor Regaliz del Mundo Nacido en Calabria desde 1731

Hablar de Amarelli es evocar casi tres siglos de historia, tradición y excelencia artesanal. Fundada en 1731 en la costa jónica de Calabria, esta legendaria marca italiana ha elevado el regaliz a la categoría de arte, convirtiéndolo en símbolo de identidad mediterránea y en un referente en los mercados gourmet de todo el mundo.

🌱 Un origen silvestre, una elaboración magistral

El corazón del regaliz Amarelli está en la raíz silvestre del Glycyrrhiza glabra, que crece espontáneamente en las tierras calabresas. Estas raíces, de altísima calidad, están reconocidas con denominación de origen y son seleccionadas cuidadosamente para conservar todas sus propiedades naturales.

A lo largo de los siglos, la familia Amarelli ha desarrollado un método de producción propio, que combina conocimiento ancestral, maquinaria diseñada a medida y un respeto absoluto por la materia prima. El resultado es un regaliz negro, brillante e intenso, con un sabor profundo y armonioso, libre de aditivos y conservantes.

🛠 Producción artesanal, legado familiar

Cada paso del proceso de elaboración —desde la selección de las raíces hasta el empaquetado final— está marcado por un enfoque artesanal, donde prima la calidad sobre la cantidad. La producción sigue siendo controlada por la familia fundadora, que ha sabido mantener el espíritu original del proyecto mientras lo proyecta hacia el futuro.

Amarelli es miembro de Henokiens, una exclusiva asociación que agrupa a empresas familiares con más de 200 años de historia que continúan en manos de sus descendientes. Hoy, la compañía está liderada por una heredera directa del linaje Amarelli, lo que garantiza la continuidad de una visión basada en el respeto, la autenticidad y la innovación.

🍬 El sabor de la historia, el alma de Calabria

Además de su inconfundible calidad, el regaliz Amarelli se presenta en envases que rinden homenaje a su historia, con diseños elegantes que hacen de cada lata una pieza de colección. Este detalle, junto con la calidad intrínseca del producto, ha consolidado a Amarelli como un símbolo de lujo discreto y gourmet.

Más que una golosina, Amarelli es la esencia de una cultura mediterránea milenaria, destilada en un producto que conecta pasado y presente, naturaleza y tradición, arte y sabor.