Miércoles, 6 de noviembre de 2024, 17:41
Hace poco más de una década era impensable que las casas blancas de muchos pueblos y pequeñas localidades del interior de la provincia de Málaga estuvieran ocupadas por murales, pero hoy puedes hacer un recorrido por varios lugares donde este arte urbano llena de color las calles.
La primera localidad que empezó a ofrecer las paredes de sus edificios como lienzos vacíos para los artistas fue Estepona. Los murales aparecieron especialmente en los alrededores del casco antiguo, donde el típico estilo andaluz del ‘Jardín de la Costa del Sol’ se ha llenado en la última década del color de decenas de murales que conforman la ruta turística. Muchas de las pinturas son sorprendentemente grandes y camuflan los edificios con una gran dosis de realismo. Son más de 60 pinturas que hacen de la ruta por Estepona un atractivo turístico ideal en cualquier época del año.
Sin embargo donde más llama la atención la existencia de estos murales es en los pequeños pueblos del Alto Genal en las montañas cercanas a Ronda. Allí, hace casi cinco años, un grupo de jóvenes locales se pusieron a trabajar con sus pinceles y consiguieron llenar parte del pueblo con sus obras de arte. Las tradicionales paredes encaladas son el lienzo perfecto para estos murales, muchos de los cuales aluden a costumbres culinarias o paisajes locales.
Los murales son más llamativos en los pequeños pueblos cuyas paredes encaladas proporcionan el perfecto lienzo en blanco.
El último lugar en sumarse a esta tendencia es Igualeja, el pueblo más poblado de esta parte de la Serranía de Ronda, más conocida por los colores otoñales del conocido como ‘Bosque de Cobre’. El pueblo, que cuenta con el monumento natural del nacimiento del río Genal, ha estrenado este verano cuatro grandes murales en los que la vinculación con la agricultura, la infancia y la mujer son los temas principales.
Las pinturas, que oscilan entre 12 y 17 metros de altura, fueron creadas por José Enrique Ragel, conocido artísticamente como Bestror. Este mismo artista también ha dejado su huella en otros pueblos de la Serranía, como Montecorto y Jubrique.
Cortes de la Frontera también ofrece una ruta de arte al aire libre. Allí, en plena pandemia, la gente del pueblo empezó a escribir versos de diferentes autores en muchas de sus calles, plazas y rincones. Pero además de poesía, también hay una buena dosis de arte en sus fachadas que recibieron un importante impulso en primavera. El pasado 1 de mayo se incrementó el número de murales en el marco de una iniciativa conocida como ‘Colorear el futuro’, en la que se han implicado muchos jóvenes del pueblo, pero también de otros puntos de la provincia de Málaga.
El arte de la pintura mural, sin embargo, llegó por primera vez a la Serranía de Ronda, en el pueblo convertido en las últimas dos décadas en un museo al aire libre, Genalguacil. Allí, entre otras creaciones artísticas que incluyen esculturas, se encuentran varios murales que forman parte del paisaje urbano.
Hay otros ejemplos espectaculares por la provincia como los pintados en Álora por el artista malagueño Lolan. Pintó vistas icónicas de este municipio del Valle del Guadalhorce, como El Caminito del Rey y el desfiladero de los Gaitanes o el castillo del Cerro de las Dos Torres, todas en un mismo mural.
Otros murales que no te puedes perder en la provincia son los de Moclinejo, Gibralgalia, Estación de Cártama, Tolox, Coín, Alhaurín el Grande, Monda o Villanueva del Trabuco, entre muchos otros.
De vuelta en la Costa del Sol, Estepona no es la única localidad con una gran colección de murales; otros incluyen Sabinillas en Manilva, los distritos de Soho, El Palo y Pedregalejo, en Málaga capital, El Calvario en Torremolinos y El Boquetillo, en Fuengirola.