El pasado sábado, la Sala Riviera de Madrid fue testigo de un auténtico fenómeno musical. El tributo a Daft Punk, de la mano de Robot Rock Alive, consiguió lo que parecía imposible: revivir la magia del dúo francés más influyente de la música electrónica, y hacerlo con una puesta en escena XXL que dejó sin aliento a todos los asistentes. La Riviera vibró, se iluminó y se transformó en un templo electrónico donde miles de personas corearon, bailaron y se emocionaron al ritmo de los himnos que marcaron a varias generaciones.

Tras la separación definitiva de Daft Punk en 2021, muchos fans pensaron que nunca más podrían vivir esa experiencia única de ver a los “robots” en directo. Y es cierto: el dúo apenas actuó en España, dejando una sensación de deseo insatisfecho entre sus seguidores. Por eso, Robot Rock Alive se ha convertido en mucho más que un simple tributo: es la oportunidad de viajar en el tiempo y sentir la grandeza de un espectáculo irrepetible.

El proyecto nace con un objetivo claro: completar la misión que Daft Punk comenzó en 2007 con su legendario tour Alive. Para ello, el equipo de Robot Rock Alive utiliza la tecnología más avanzada en sonido, luces y visuales, combinada con instrumentos y hardware en tiempo real. No se trata de un “playback” ni de un show pregrabado: es una auténtica interpretación en vivo que respeta la esencia del dúo francés, recreando su sonido con una fidelidad asombrosa. El resultado es un show inmersivo, vibrante y absolutamente demoledor.

Quien estuvo en la Riviera lo sabe: más allá de la música, lo que convierte a esta experiencia en algo único es el ambiente. Compartir el momento con cientos de personas que sienten lo mismo que tú, que cierran los ojos y levantan los brazos cuando suenan los primeros acordes de One More Time o Robot Rock, es algo que va mucho más allá de un concierto. Es un ritual colectivo, una fiesta futurista en la que todos se convierten en parte de un mismo pulso electrónico.