fbpx


Conservada en Bilbao, la Biblioteca Arriola-Lerchundi es una recopilación privada de extraordinaria importancia artística y documental por su volumen y calidad. Agrupa casi 20.000 ejemplares impresos -entre ellos 140 incunables- y 15.000 manuscritos y es fruto del esfuerzo recopilador del notario bilbaíno José María Arriola y su esposa Rosa Lerchundi, quienes durante décadas visitaron casas de subastas, ferias, anticuarios y librerías especializadas en libros. coleccionando en todo el mundo.

La biblioteca se comparte ahora con el público a través de una selección de cuarenta manuscritos que datan de los siglos XII al XIX que representan la excelencia de una colección, reconocida por expertos y bibliófilos, cuyo objetivo es conservar y estudiar los libros históricos.

En la exposición se pueden encontrar diferentes tipos de documentos, desde preciados libros de horas hasta cartas de privilegio real o certificados ejecutivos de nobleza. Otra pieza que destaca por su rareza es una Biblia en euskera, aunque también llaman la atención por su interés historiográfico dos cartas firmadas por Francisco de Goya y una partitura manuscrita por el compositor bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga.

La selección, comisariada por José Luis Merino Gorospe, conservador de Arte Antiguo del museo, se muestra en orden cronológico y contextualizada con obras de la colección del museo -once pinturas, una escultura, una acuarela y dos fotografías- elegidas por su interés artístico e histórico. o proximidad iconográfica al contenido de los manuscritos.

Itinerario de la exposición

Introducción

La Biblioteca Arriola-Lerchundi reúne alrededor de 20.000 ejemplares impresos (entre ellos 140 incunables) y 15.000 manuscritos. Por su volumen y calidad, se trata de un conjunto de extraordinaria importancia artística y documental que ha ido creciendo desde su inicio en 1966 gracias a la pasión bibliófila del notario bilbaíno José María Arriola y su esposa Rosa Lerchundi. Conocido en círculos de expertos, ahora se presenta al público a través de cuarenta manuscritos que datan de los siglos XII al XIX.

Incluyen cartas de privilegio real, certificados ejecutivos de nobleza, pragmática, libros litúrgicos y libros de hey bellamente iluminados. También incluyen una inusual Biblia en euskera, dos cartas firmadas por Francisco de Goya y una partitura también firmada por el compositor Juan Crisóstomo de Arriaga. Estos documentos únicos se exhiben junto con obras de arte de la colección del museo que pertenecen al mismo período o están relacionadas temáticamente. Así, historia del arte y bibliofilia convergen gracias a la rareza, belleza e importancia histórica de todas estas obras.

Sala II

Esta sala contiene documentos de extraordinaria belleza estética, como privilegios reales y otros nombramientos. Los documentos litúrgicos incluyen una procesionaria con piezas musicales y especialmente libros de horas, que reciben este nombre porque contienen diferentes oraciones según la hora canónica. Estos últimos, auténticas joyas del arte medieval y renacentista, se elaboraban sobre pergamino (pergamino elaborado con piel de becerro), primero en los scriptoria monásticos y después en talleres especializados. También se muestra el documento del Papa Clemente VII que excomulga al rey Enrique VIII de Inglaterra.

Gracias a varios tratados del siglo XIV sobre materiales y procedimientos para iluminar manuscritos —como el anónimo De arte illuminandi y el Libro dell’Arte de Cennino Cennini— sabemos que muchos de los pigmentos utilizados eran similares a los utilizados en otras técnicas. En este set destacan los pigmentos orgánicos de origen vegetal, como el azul índigo, la laca roja del árbol de palo rojo, el palo de Brasil y la cochinilla. El lapislázuli era el más valioso y hermoso de los azules. Como aglutinantes se utilizaron goma arábiga y clara de huevo. Las caligrafías llamadas crisografía y argirografía se lograban con oro molido y plata, respectivamente, y se utilizaban en las letras capitulares y los destellos que emanaban de vestimentas y aureolas, entre otros lugares.

Sala III

Los certificados ejecutivos de nobleza confirmaban judicialmente la nobleza de un súbdito, lo que les aportaba prestigio social, privilegios y beneficios fiscales. Para lograr este reconocimiento había que presentar una solicitud a una de las dos cancillerías reales de Valladolid y Granada. Una vez obtenida, la copia del solicitante podía estar decorada con motivos religiosos, representaciones de miembros de la familia como donantes u otros elementos alusivos a la nobleza del linaje familiar, a menudo escudos de armas. El número y calidad de las imágenes dependía de la capacidad económica del cliente. De manera similar, los rollos de brazos incluían repertorios de escudos de armas minuciosamente codificados. Asimismo, las cartas portulanas son mapas náuticos que describen con precisión las costas del Mediterráneo, en contraposición a la visión intuitiva del planeta de los pintores. Esto muestra el contraste entre ciencia e invención, que compartían el denominador común de la belleza.

Sala IV

Esta sala exhibe documentos religiosos y seculares, incluida una copia de 1630 del Fuero viejo de Vizcaya. [old charter of Vizcaya]. También contiene importantes textos en euskera, como una colección de cartas entre las autoridades francesas y el Valle del Roncal, y la traducción de la Biblia de Pierre d’Urte del año 1700, de extraordinaria importancia por lo que revela sobre la lengua. Las Crónicas de Vizcaya [chronicles of Vizcaya] de Miguel de Alonsótegui, que estuvo perdido durante muchos años, contiene información importante sobre lo que hoy es el País Vasco durante el siglo XVI. Esta sala también contiene un intercambio epistolar entre Goya y representantes del Ayuntamiento de Bilbao sobre el encargo de un retrato de Manuel Godoy cuyo paradero desconocemos, si realmente llegó a pintarse. Un fragmento firmado de la partitura de Los esclavos felices. [the happy slaves overture] del compositor bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga completa esta sección de documentos raros.