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“Cree en el cambio. No retengas nada”, dijo Jean Tinguely, un artista rebelde que estaba en contra de los museos pero que tiene un museo entero dedicado a su trabajo pionero audiocinético, en Basilea, Suiza. Aun así, Tinguely no es tan recordado como debería. El próximo jueves, Pirelli HangarBicocca, en Milán, una ciudad que alguna vez acogió una de sus creaciones más extravagantes, abre una exposición que revisa su práctica singular, afirma su relevancia contemporánea e inicia un año de celebraciones del centenario.

Suizo de nacimiento (1925), Tinguely deambulaba por el mundo, un bricoleur itinerante cuyos movimientos a menudo dependían del azar, al igual que sus artilugios de Rube Goldberg, cada uno de los cuales abría nuevos caminos. En parte teatro, en parte performance, la exposición en el vasto antiguo espacio industrial de Pirelli está organizada para que los visitantes también puedan pasar de un “escenario” al siguiente.