Artistas: Gegee Ayurzana, Nazilya Nagimova, Adrian Pepe, Nomin Zezegmaa. Con artistas que utilizan técnicas artesanales tradicionales para explorar temas de memoria e identidad. La no localidad es un concepto a menudo asociado con la física cuántica, que se refiere a la idea de que los objetos o fenómenos pueden conectarse e influirse entre sí sin estar físicamente cerca, trascendiendo las limitaciones del espacio y el tiempo. En el contexto de la nueva exposición colectiva en NIKA Project Space Paris, la no localidad sirve como metáfora de la forma en que los artistas interactúan con la memoria cultural, la artesanía tradicional y la identidad, atravesando el tiempo y la geografía. Al explorar la interacción entre la naturaleza y los humanos, los artistas no se limitan a un único espacio cultural o geográfico, sino que invocan una conexión fluida entre su herencia y las preocupaciones contemporáneas. Esta no localidad refleja las historias diaspóricas y nómadas que comparten muchas de estas culturas, donde el movimiento, la migración y las influencias interculturales dan forma a una tradición viva y continua. La exposición presenta artistas de Mongolia, Tartaristán (Rusia) y el Líbano que utilizan fieltro, lana y técnicas artesanales tradicionales como materiales principales para explorar temas de memoria e identidad. Al comprometerse profundamente con las técnicas tradicionales de sus culturas y ancestros locales, cada artista aborda la interacción entre la naturaleza y los humanos. El animismo se convierte en una parte importante de casi cualquier cultura sureña o nómada, y al mismo tiempo plantea importantes cuestiones y preocupaciones ecológicas. Inspirándose en el antiguo pasado nómada de los tártaros, Nazilya Nagimova recurre a la lana, un material tradicional de sus antepasados tártaros. Nomin Zezegmaa combina técnicas de artesanía material con cuestiones del chamanismo y la cosmología mongoles. Asimismo, Adrián Pepe, que trabaja con la lana de oveja Awassi, la raza ovina más popular y antigua de Oriente Medio, hace referencia a la leyenda de Babilonia como la capital del tejido. Para Adrian Pepe, la lana, con sus tonalidades cambiantes del ocre al castaño, no sólo celebra las antiguas tradiciones artesanales sino que también crea una profunda conexión con la tierra, donde el material se convierte en un lienzo en blanco en el que cobran vida simbolismos, mitos y emociones. El trabajo de Gegee Ayurzana se centra en pinturas que rompen con los marcos tradicionales, creadas sobre velos (semi) transparentes que parecen flotar libremente y sin límites, desafiando nuestra percepción de espacios reales e imaginados. Los motivos de estas formas se inspiran en las imágenes y la materialidad de la cultura popular tradicional de Mongolia. En general, su práctica ofrece una reflexión contemporánea sobre temas planteados por la pintura modernista radical, particularmente en lo que respecta a la autonomía del arte y su significado formal y simbólico. Las obras de la muestra crean un espacio donde se fusionan imágenes mito-épicas antiguas y conceptos contemporáneos, abriendo nuevas formas de comprensión e interacción. Esta conectividad resalta la síntesis entre lo material (lana, fieltro, artesanía) y lo inmaterial (memoria, mito e identidad), creando un espacio donde lo antiguo y lo moderno coexisten, y donde los límites entre el arte, la artesanía y la historia se desdibujan.